A lo largo de la historia y las generaciones hemos sido bendecidos
por mentes brillantes,
esos genios que logrando ver mas allá,
tuvieron una idea la cual valoraron y defendieron
entrañablemente,
lucharon por un ideal, con sus posicionamientos, creaciones e
investigaciones,
revolucionaron la historia en todos los campos del saber humano.
Era algo no usual, un niño genio, una mente brillante, que sobrepasara el coeficiente
intelectual de la masa, hoy día cada vez es mayor la población infantil con niveles
sorprendentes de inteligencia, con una sorprendente y fabulosa forma de ver la vida, que si
bien es cierto esto no limita su existencia, coloca a los padres en una situación conflictiva, a
veces imposible de sobrellevar.
A veces tendemos a pensar que todo esta hecho que nada falta por hacer… al ver un mundo
funcionando…. pero ¿es esta la correcta forma de funcionar? Nuestros niños tienen la
respuesta.
Esta inteligencia de mentes brillantes suele manifestarse de tan diferentes formas, por lo
tanto será muchas veces valorada como déficit atencional, hiperactividad, a veces incluso
se les atribuye la no capacidad de aprender, memorizar, socializar, e integrarse.
¿ Qué es lo que los hace tan diferentes?
Ha sido científicamente comprobado que el ADN humano que conforma un niño al nacer
en la actualidad, no es igual que el ADN de la mayoría de los niños del pasado, en otras
palabras cada vez son mas los niños que llegan con una hélice mas de ADN incorporada y
activa,…¿ fatalidad?… no… todo lo contrario… estos niños vienen preparados a asumir la
vida y sus retos con total facilidad, a resolver sus situaciones desde un punto de vista muy
elevado, sin preocupación y sin drama.
Ellos: denominados niños índigo, niños cristal…. niños de las estrellas,
sorprendentes en su capacidad de dar amor, su sensibilidad y capacidad de posicionarse en
el lugar de sus padres son ciertamente tanto un reto como una enorme bendición.
Después que cubrimos sus capacidades básicas si lo logramos con equilibrio sin
esquematizarlos para no romper su propia e innata identidad serán maestros que día a día
estarán fuertes y firmes a nuestro lado como un pilar…¿ un pilar de qué? un pilar de amor
incomparable e infinito, un pilar de fe, de igualdad .. de integridad humana, por eso
pidamos a Dios su bendición y guía constante ya que estos niños cuando no son
correctamente respaldados valorados y respetados en su integridad corren el riesgo de
perderla y no logran sentirse en su lugar, ni sentir una base sólida de amor necesaria que
les permita lograr el ideal que han venido a cumplir, lo cual tristemente conlleva en
ocasiones a que lo compensan consumiendo drogas o creando otro tipo de adicciones,
sustitutos del amor y el respeto, para ver dentro de esos estados alterados un mejor mundo
de amor.
Cuando estos niños llegan, conocen sus razones, saben que tienen metas y propósitos
elevados y definidos que les son claros, por eso intentemos darles la mano de forma
consciente reconociendo también nuestros propios errores, poniendo en practica nuestra
capacidad de enmendarnos, brindándoles el mismo respeto que nosotros mismos
merecemos y sobre todo valorando su sabiduría y forma propia de ver las cosas, ya que
siendo pequeños son a la vez inmensamente grandes y extremadamente valiosos para la
humanidad dadas las características antes descritas.